El Santuario comenzó su andadura a finales del siglo XIII, siendo inicialmente una pequeña ermita, pobre y humilde, custodiada en sus primeros años por el sacerdote Pedro García (1330), a la que sustituyó la denominada segunda iglesia a finales del siglo XIV.
Alfonso XI, que gustaba cazar por estas sierras, visitó Guadalupe en el año 1335, contemplando el estado ruinoso de la primitiva ermita, comenzó los trabajos para proceder a su restauración. Se designó al cardenal Pedro Gómez Barroso como custodio, desde 1335 hasta 1341. En este tiempo se fundó en 1337 la Puebla y por orden de Alfonso XI comenzaron a construir el Monasterio (1340) solicitando y obteniendo para este lugar la creación de un priorato secular y lo declaró de su real patronato. El priorato secular, dotado con el señorío civil del prior sobre la Puebla, estuvo dirigido por cuatro priores entre los años 1341 y 1389, finalizando este con la entrega del santuario a la Orden de San Jerónimo, que se mantuvieron en este lugar cuatro siglos, hasta que la desamortización de 1835 puso fin a este periplo, pasando a ser parroquia secular de la archidiócesis de Toledo, que regentaban sacerdotes diocesano hasta la llegada de la Orden Franciscana en 1908, que es quien rige desde entonces y hasta la actualidad el Monasterio y Santuario.
Como distinciones destacables, la
concesión del distintivo “Real” por concesión de Alfonso XI en 1340,
“Pontificio” por concesión de Pío XII en 1955, “Monumento Nacional” en 1879 y
“Patrimonio de la Humanidad” por la UNESCO en 1993. Además la imagen de Santa
María de Guadalupe ostenta el título de “Reina de las Españas o de la
Hispanidad” otorgado por Alfonso XIII en 1928 y Patrona de Extremadura” en
1907.Tiene este enclave una historia de Fe y Cultura de más de siete siglos.
El Monasterio de Guadalupe es y fue un monumento de notable importancia:
Fue el principal Monasterio de la Orden Jerónima, un exponente excepcional de
la arquitectura por su diversidad y variedad de estilos; destacan el Templo,
Claustro Mudéjar y templete, este último único en el mundo, vinculado a la
historia media y moderna de España por su relación con los reyes Católicos,
protagonismo de excepción con la evangelización y conquista de América, centro
de cultural de primer nivel, centro de investigación y enseñanza (escuela de
medicina, botica, scriptorium…), talleres de diversa índole (bordados,
orfebrería, miniados), biblioteca con un fondo extenso y rico, centro de
peregrinación y hospedería.
La existencia de este Monasterio y
Santuario está estrechamente ligada al origen de la imagen de Santa María de
Guadalupe, y por tanto es esta el motivo de su construcción y de su expansión
por todo el mundo. Algunos códices antiguos sitúan el origen de la imagen de la
Virgen de Guadalupe en el siglo I del cristianismo y a su autor al mismísimo
San Lucas, aunque la imagen que hoy se venera en este lugar es una talla
románica, en cedro, del siglo XII.
Cuenta la leyenda que muerto San Lucas, la imagen fue enterrada junto a él y trasladada junto a sus restos desde Acaya (Asía Menor) hasta Constantinopla en el siglo IV. De allí el cardenal Gregorio la llevó a Roma (582), siendo elegido Papa en el año 590 con el nombre de Gregorio Magno. Se convierte en el principal devoto de la imagen y el primer artífice de la expansión de la misma en Roma. La imagen se trasladó desde Roma a Sevilla, pues el papa se la regaló al arzobispo de la ciudad hispalense, San Leandro, en cuya iglesia principal comenzó a venerarse hasta el comienzo de la invasión árabe (711).
Hacia el año 714 huyendo de esta
invasión unos clérigos que escapaban de Sevilla la llevaron consigo junto a
algunas reliquias de santos, escondiéndolos en los márgenes del río Guadalupe,
cerca de la falda sur de la sierra de Altamira, donde fue hallada por un pastor
llamado Gil Cordero.
Andaba el pastor varios días buscando
una vaca extraviada hasta dar con ella y hallarla muerta. Al tratar de
aprovechar la piel y hacerle en el pecho la señal de la cruz el animal se
levantó y en ese momento se le apareció la Virgen que le habló, acomendándole
la tarea de excavar en aquel mismo lugar para encontrar su imagen y posteriormente
edificar una ermita que se convertiría en Monasterio y Santuario.
Posee muchos
paralelismos estéticos con la ermita del Humilladero, situada en el acceso de
Guadalupe desde el norte, llegando desde Navalmoral de la Mata. Esto, y el
hecho de haberse construido ambas en la misma época, nos sugieren que las dos
obras obedecieron a la misma inspiración estética.
MONASTERIO DE GUADALUPE, UNA VISITA INOLVIDABLE.
El santuario y monasterio de
Guadalupe, ha sido por méritos propios uno de los destinos preferidos de un
buen número de peregrinos, viajeros, visitantes, turistas e ilustres personajes
de la historia de España desde el siglo XIV y hasta la actualidad. La riqueza
artística que encierran estos muros, unidos a la devoción y el fervor popular
por la imagen de la Virgen, ha cautivado en todos los tiempos a personas de
reconocimiento público, político, religioso, artístico y de otra índole, lo que
sin duda ha contribuido a engrandecer este enclave monacal en todo el universo.
La certificación de estas visitas, viajes o peregrinaciones, llega a nuestros
días a través de los numerosos documentos, publicaciones, crónicas y otros
testimonios escritos, realizados por los propios protagonistas o en los
documentos monacales que los monjes han custodiado a través de los siglos.
Algunos de los más relevantes fueron desde que se fundase la Puebla y
monasterio, Alfonso XI, la
práctica totalidad de los reyes de Castilla tenían por tradición acudir a este
lugar, la cual también se extendió a la casa de Austria y se perdió, entre los
siglos XVIII y XIX con la llegada de los Borbones, siendo recuperada la misma
por Alfonso XIII.
Comienzan las peregrinaciones reales a
este santuario con Alfonso XI, quien tras la batalla del Salado viene a
Guadalupe el 25 de diciembre de 1340 para dar gracias a la Virgen.
Juan II de Castilla, padre de Isabel la Católica, sus restos descansan en la CARTUJA DE MIRAFLORES, BURGOS (enlace a nuestra publicación),...
La mayor vinculación real, por el número de veces que vinieron hasta Guadalupe y por su apego, fue precisamente la de los Reyes Católicos, Don Fernando y Doña Isabel. Esta última incluso ordenó que su testamento se custodiase por los monjes, como así fue. En la actualidad se pueden descubrir en el PALACIO REAL TESTAMENTARIO DE MEDINA DEL CAMPO (enlace a nuestra publicación).
Su mausoleo y el de sus descendientes, están en GRANADA(enlace a nuestra publicación),en su Catedral, hasta que con su biznieto Felipe II, se construye el Panteón Real en el Monasterio del Escorial.
Aquí en Guadalupe, también se sentaron las órdenes que Cristóbal Colón requería para emprender el viaje hacia la conquista de América. Como fecha importante, la presencia de esta y su esposo, don Fernando, el 20 de junio de 1492 para firmar las cartas a los alcaldes de Palos y Moguer para secundar a Colón en el aprovisionamiento y preparación de sus carabelas para el viaje.
Los restos de Cristóbal Colon se cree que descansan en SEVILLA,(enlace a nuestra publicación) al menos una parte, en la Catedral .
El emperador Carlos V pasó también por Guadalupe
la semana Santa de 1525, acompañado de su hermana, la reina de Francia y
Portugal, e Infanta de Castilla, doña Leonor, y otros altos
personajes de la Corte Imperial.
Felipe II, estuvo en Guadalupe por primera vez el 18 de enero de 1570, cuando iba camino de Córdoba y acompañado por sus sobrinos hijos de su hermana, María de Austria.
El rey de Portugal, don
Sebastián y su tío
Felipe II, también se encontraron en Guadalupe en las navidades de 1576. Felipe III hizo lo propio en
cuatro ocasiones (1605, 1618 y doblemente en 1619) y Felipe IV y su hijo natural, Juan José
de Austria, también
contemplaron las maravillas artísticas de este lugar.
Los borbones Felipe V, Luis I,
Fernando VI, Carlos III, Carlos IV, Fernando VI, Isabel II y Alfonso XII no
consta que peregrinasen hasta este Santuario. Sin embargo, si lo hizo Alfonso XIII que estuvo por
primera vez en Guadalupe en diciembre de 1926 siendo el primer Borbón en
visitar el monasterio. También fue, junto con el Cardenal
Segura, el encargado de
coronar a la Virgen de Guadalupe como reina de la Hispanidad, el 12 de octubre
de 1928.
Después de este, su nieto don Juan Carlos I, ha visitado varias
veces Guadalupe: Como príncipe en 1961 y 1965; como rey en 1977, con la reina
Doña Sofía de Grecia, en 1978, con su esposa y sus hijos, el príncipe don Felipe y las Infantas Elena y
Cristina, en 1990. El 19 de junio de 1992, doña Sofía regresó para
presidir la Conferencia de Ministros Iberoamericanos de Educación, visita que
también hizo en solitario en el año 2003. En el año 1994 son los Reyes de Bélgica, don Alberto II y su
esposa doña Paola hacen lo propio acompañando a los monarcas. Los príncipes de
Asturias, y actuales Reyes, Felipe VI y Leticia Ortiz, también estuvieron en
diciembre de 2004.
Miguel de Cervantes, tras su liberación del cautiverio de
Argel quiso acercarse a este santo lugar para ofrecer a la Virgen las cadenas
del cautiverio. Lo hizo en el año 1580, época en la que la basílica contaba con
un espacio reservado para los grilletes de liberados.
Miguel de Unamuno llega a Guadalupe en junio de
1908, publicando tres años más tarde los recuerdos del viaje en su libro Por
Tierras de España y Portugal.
También hay documentación que acredita
que también estuvieron en Guadalupe Iñigo
López de Mendoza, (Marqués
de Santillana), Luis
de Góngora, Félix Lope de Vega Carpio, Vicente
Barrantes Moreno, Antonio
Reyes Huertas, Rafael Alberti, José María
Pemán y muchos otros.
El almirante Cristóbal Colón estuvo muy ligado a los Reyes Católicos y por ello, tuvo presencia en Guadalupe en cuatro ocasiones con motivo de su empresa de la conquista de América: El 21 de abril de 1486; los días 5 y 6 de abril de 1486; en 1493 tras su logro del primer viaje, y en 1496 tras su segundo viaje trayendo consigo dos indios, Cristóbal (Colón) y Pedro (Madruga), un guiño a la teoría del origen gallego de Colón,... (enlace a nuestra publicación)
Hernán
Cortes, también pasó
por Guadalupe en 1528, dando gracias a la Virgen por salvarle la vida ante la
picadura de un alacrán, tal y como nos relata Bernal
Díaz del Castillo.
No faltaron almas consagradas a la
santidad como Vicente
Ferrer que peregrinó a
este monasterio a finales del siglo XIV. Los hermanos portugueses, San Amadeo
de Saboya y Santa Beatriz de Silva, y los tres juanes: San Juan de Ávila, San Juan
de Dios y San Juan de Ribera, pasaron por este santuario allá por el siglo
XV. También Santa
Teresa de Jesús peregrinó
al santuario en 1548 para encomendar su reforma del Carmelo a la Morenita de
Las Villuercas. En el mismo siglo, San
Francisco de Borja (1554)
y San Pedro
de Alcántara. Ya en
1867, San
Antonio María Claret estuvo
dos días en Guadalupe.
No podemos dejar este capítulo sin
mencionar a uno de los últimos peregrinos ilustres a este santuario que fue
el Papa Juan Pablo II, que llegó a Guadalupe el día 4 de noviembre
de 1982.
MONASTERIO DE SANTA MARIA DE
GUADALUPE
El Santuario se distribuye en:
El monasterio adopta una planta irregular,
siendo la iglesia-basílica el centro neurálgico del santuario. Al norte se sitúan
los dos claustros mayores y alrededor de estos las distintas dependencias
monacales. Todo el monasterio está construido principalmente en mampostería y
ladrillo jalonado por torres almenadas que le dan un aspecto de fortaleza.
La torre de las Campanas y la de San Gregorio, son dos de las más antiguas, levantadas durante el priorato secular.
A su lado se distingue la edificación del Camarín de la Virgen.
La Torre de Santa Ana del reloj; torre del Chapitel Bonito, torre de la Portería,
y torre de las Palomas, son construidas durante el priorato regular Jerónimo.
La fachada de acceso al templo se
realiza a través de una portada gótico-mudéjar flanqueada por los dos torreones almenados, el de la derecha torre
de Santa Ana del Reloj y el de la izquierda, torre de la Portería, ambas del
siglo XIV, son las dos principales de la fachada sur.
La fachada del siglo XV se articula en cuatro calles cerrada cada una de ellas por un arco apuntado. Las dos calles del extremo izquierdo permiten el acceso a la iglesia a través de dos puertas de arcos abocinados que apoyan en columnas con capiteles de hojarasca, mientras que los dos de la derecha son ventanas góticas decoradas con tracerías y en origen adornadas con vidrieras.
Las calles se separan por cinco pilastras góticas rematadas por pináculos. La parte superior de las cuatro calles se decora con paneles rectangulares con decoración de crestería de reconstrucción reciente. Por encima del conjunto sobresale el rosetón gótico de la nave del transepto oculta por la fachada.
Imagen recogida de:httpswww.guadalupedestino.orgwp-contentuploads202009Capilla-Santa-Ana.jpg |
Traspasada la capilla de Santa Ana se accede a la iglesia por la nave de la epístola.
Conferida por varios escalones que se salvan con un pequeño y moderno ascensor, para las personas en silla de ruedas, puedan disfrutar de esta maravilla.
En el muro de comunicación entre ambos espacios encontramos un azulejo en el lugar donde estuvo el sepulcro del jurista Gregorio López,..
Están representados en actitud orante mirando al Altar Mayor.
Se ha podido contrastar que Enrique
IV, si había podido ser -casi con toda seguridad-, envenenado con arsénico que
era el veneno que se utilizaba en ese tiempo, lo que no se ha podido verificar
hasta el momento, si este era el padre biológico de Juana la llamada Beltraneja.
Con los nuevos adelantos en materia de ADN, esta duda también podrá ser
despejada.
Los arcosolios reales se señalan con
los escudos de Castilla y León.
Destaca este templo como panteón real, pues entre sus muros reposan no solo los restos de Enrique IV y su madre, también los conocidos como “Reyes de Portugal”, don Dionís, hijo de rey Pedro I de Portugal y la noble gallega Inés de Castro, y su esposa, Juana Enríquez de Castilla, hija natural del rey Enrique de Trastámara; ambos sepulcros son obra de Giraldo de Merlo.
En la actualidad se exponen en la
capilla del oratorio de Santa Paula.
Don Dionís |
Imagenes recogida del libro. El arte en España. Guadalupe |
Existen un retablo mayor y dos laterales. Los laterales están dedicados a San Pedro y Santiago, atribuidos a Manuel de Larra y Churriguera.
El Retablo mayor del templo es una obra extraordinaria, trazado por Juan Gómez de Mora y ejecutada por Juan Bautista Montenegro, con esculturas de Giraldo de Merlo, Jorge Manuel Theotocópuli (hijo del Greco) y Juan Muñoz. Los lienzos son de Vicente Carducho y Eugenio Cajés, con dorados de Gaspar Cerezo y Gonzalo Marín.
De estilo barroco, principios del siglo
XVII, realizado en madera de roble y cedro sobre un zócalo de mármol.
Las esculturas del primer cuerpo del retablo están completamente dedicadas a la figura de los evangelistas: San Mateo, San Juan, San Marcos y San Lucas, con sus respectivos símbolos.
Está presidida por la imagen de Santa María de Guadalupe, diseñada por Juan Gómez de Mora y ejecutado por el escultor Giraldo de Merlo que esculpió las esculturas y los altos relieves.
En el segundo cuerpo aparecen las mártires. Santa Lucia, con la bandeja y los ojos, Santa Catalina con la rueca y la palma del martirio, Santa Inés el cordero como símbolo de su virginidad y Santa Bárbara con la torre de tres ventanas.
El retablo se corona los emblemas marianos formados por un jarrón de azucenas, a su lado aparecen las figuras de la Fe y la representación de la Esperanza.
El sagrario está formado por un mueble-escritorio realizado en 1561 por Juan Giamini en Roma, y que Felipe II regaló al monasterio en 1569. La puerta y la cajonería están realizadas en chapa de bronce, damasquinado en oro y plata. En la parte superior del mueble dos estatuas en bronce de corte renacentista flanquean un escudo.La decoración se completa con columnas de orden corintio a los extremos. En la parte inferior del escritorio se puede leer: Ionnes Glamin fecit in Roma 1561.
Cierra el Altar Mayor una reja de hierro forjado de estilo gótico renacentista, realizada por los frailes dominicos fray Francisco de Salamanca y fray Juan de Ávila, datada entre 1510 y 1514, hecha con el hierro de los grilletes que traían los cautivos que iban a darle gracias a la virgen de Guadalupe, y que como ofrenda colgaban en el lugar de la actual reja. Una de las cadenas más famosas es la de Miguel de Cervantes de su cautiverio en Argel.
Se decora con escudos de la Virgen y de San Jerónimo y se remata con cresterías caladas.
Traspasada la reja se observan dos pulpitos uno a cada lado del altar con escalinata de forja, cubierto con un bello y adornado portavoz.
El interior del crucero se ilumina por ventanas góticas abiertas en los muros del cimborrio. En los extremos de la nave del transepto la luminosidad se realiza a través de grandes rosetones circulares con tracería gótica geométrica.
La iglesia realizada en el siglo XIV fue muy reformada en el siglo XVIII por Manuel Larra Churriguera, en estilo barroco.
El
coro alto de la iglesia se encuentra ubicado en la parte posterior, desde la
galería meridional se pasa directamente al orfeón, bajo él se puede observar un
cuadro de reciente factura, creado a finales del siglo XX por el pintor
onubense Juan Manuel Núñez Báñez, que representa el Bautizo de dos nativos en
el Monasterio de Guadalupe. Este cuadro es una referencia al hecho histórico en
el que los nativos fueron bautizados y cristianizados con el objetivo de
utilizarlos como intérpretes en futuros viajes al Nuevo Mundo. Los nativos
fueron llamados Cristóbal y Pedro después de ser bautizados, convirtiéndose así
en los primeros indígenas cristianizados en España.
La
pila del sacramento, en la actualidad se exhibe en la fuente que está en la
plaza frente a la iglesia.
En
el coro encontramos la sillería de dos alturas que adopta la típica forma de
"U". Realizado en el siglo XIV en él podemos encontrar la sillería
formada por 94 asientos basculantes, tallados en madera de nogal por el
escultor Alejandro Carnicero en el siglo XVIII bajo la dirección de Manuel
de Larra Churriguera. En el coro bajo, se pueden apreciar bustos de santos,
mientras que en el coro alto, los relieves son de cuerpo entero y representan a
distintos frailes y santos de la orden jerónima. En total, hay 49 asientos en
la parte superior y 45 en la inferior. El conjunto está coronado por una
crestería en forma de balaustrada, decorada con florones barrocos.
Destacan
un facistol de bronce repujado del siglo XVI, restaurado en el siglo XVIII en
estilo barroco, así como un Tenebrario.
Sobre la silla presidencial se encuentra la talla de la Virgen del Coro,
perteneciente al gótico-flamenco del siglo XV. Es una escultura de madera
policromada, con la luna a sus pies y sosteniendo al Niño, quien está
representado desnudo.
Imagen recogida de: coro httpsguadalupedestino.orgarquitectura |
En el coro, se encuentran cuatro órganos: dos grandes de estilo barroco y dos más pequeños de estilo rococó. El órgano mayor, realizado en el siglo XX por la Casa Walcker de Alemania, y otro más pequeño, reconstruido en 1986 por el organero José Antonio Azpiazu. La caja donde se encuentran los órganos es del siglo XVIII.
El
coro de Guadalupe es, casi con certeza, el más antiguo que ha llegado a
nosotros de un monasterio jerónimo.
La cubierta de la iglesia del gótico tardío, está revestida por bóvedas de terceletes.
Sus nervios descansan
sobre capiteles historiados policromados, a modo de enjarjes.
La Sacristía y la antesacristía tienen
fachada al muro principal de monasterio.
El conjunto arquitectónico está
formado por la antesacristía, la sacristía y la capilla: Se construyó entre
1636 y 1645 de acuerdo con el proyecto de fray Alonso de Ávila . Se trata
de una estancia solemne, espaciosa, armoniosa y decorada en muros, bóvedas y
cúpula con en un estilo rotundamente barroco. Es una de las sacristías barrocas
más deslumbrante de España.
Imagen recogida de: : httpsblogger.googleusercontent.comimgbR29vZ2xlAVvXsEhP4Ve2_ES3TvNX7cVnnhrPj5oYp7BYj9rkv2rsDsKrch1bivKQEGyKVGCO6kCD4X897T0hI |
La antesacristía ocupa la parte baja de la Torre de Santa Ana, es una dependencia gótica cubierta con bóvedas de arista. Fue reformada en el siglo XVII y en ella se encuentra la pila lavamanos,fue la pila bautismal de 1402 realizada en bronce por Juan Francés, es en realidad la fuente del lavatorio del claustro mudéjar y fue traída a este lugar en 1841 ya que por aquel entonces la capilla realizaba funciones de iglesia parroquial de Guadalupe, pues el monasterio estaba expropiado.
Imagen recogida de: httpsblogger.googleusercontent.comimgbR29vZ2xlAVvXsEgEFrBZ7lH8oF_0k51UU0tMX2Ik7hwbhGY-NNXePeDZqj2H7EV_Wlv9-jPNEUhVOmaaCllmx |
A continuación se accede a la sacristía, construida entre 1636 y 1645 siguiendo trazas del carmelita Alonso de San José. Se trata de una gran estancia rectangular con bóveda de cañón dividida en cinco tramos que descansan en pilastras toscanas. La bóveda muestra pinturas murales con escenas de la vida de San Jerónimo.
Bóvedas y muros se cubren con pinturas barrocas al temple salidas de la mano de Manuel Ruiz y fray Juan de la Peña. La base de los muros está recorrida por un zócalo de jaspe gris azulado.
Imagen recogida de: httpsblogger.googleusercontent.comimgbR29vZ2xlAVvXsEjjaE0oE_Wjc8DSxeCI-jlDNJjo_MB3fZ_KXvr-CIrQw8DMGTu_B2-K6FDnUKx
Sacristia |
Los muros se cubren con ocho extraordinarias pinturas por su calidad y tamaño, cinco a la izquierda y tres a la derecha. Están pintadas al óleo por Francisco de Zurbarán.
Imagen recogida de: httpsblogger.googleusercontent.comimgbR29vZ2xlAVvXsEiJbDw6m3wmk_fM0yaeL6IcFtdzvxqcC0IvaMvUE0TCWVu-y0dXKC3-WNGCyQTGqPcmVWV7U |
Tienen una función didáctica, orientada especialmente a los novicios para animarlos a practicar las virtudes que adornan la vida monástica de los jerónimos y que están personificadas en aquellos monjes que destacaron por su obediencia, caridad, recogimiento, castidad, compostura, etcétera.
Lo más preciado de la sacristía son los ocho lienzos de Francisco Zurbarán realizados entre 1639 y 1645 en Sevilla.
En el lado derecho
fray Diego de Orgaz ahuyentando las tentaciones.
Imagen recogida de: httpsupload.wikimedia.orgwikipediacommons66fFrancisco_de_Zurbar%C3%A1n_022.jpg |
Imagen recogida de: httpsupload.wikimedia.orgwikipediacommonsthumbee4Francisco_de_Zurbar%C3%A1n_-_Vision_of_Brother_Andr%C3%A9s_Salmer%C3%B3n_-_WG |
retrato de fray Gonzalo de Illescas obispo de Córdoba,
Imagen recogida de: httpsupload.wikimedia.orgwikipediacommonsthumbbb6Fray_Gonzalo_de_Illescas%2C _obispo_de_C%C3%B3rdoba_%28Monasterio_de_Guadalupe |
Imagen recogida de:httpsupload.wikimedia.orgwikipediacommons11dZurbar%C3% A1n-misa_de_fray_pedro_caba%C3%B1uelas.jpg |
Enrique III de Castilla ofreciendo a fray Fernán Yañez el arzobispado de Toledo (a destacar de este lienzo que la cara del rey es el rostro del rey Felipe III, y en segundo plano aparece el rostro de Zurbarán que se autorretrató).
Imagen recogida de: httpsupload.wikimedia.orgwikipediacommons334Zurbar%C3%A1n_-_Delenda%2C_144.png |
Visión de fray Pedro de Salamanca,
Imagen recogida de: httpsupload.wikimedia.orgwikipediacommons663Zurbar%C3%A1n_-_Delenda%2C_147.png |
Imagen recogida de: httpsupload.wikimedia.orgwikipediacommonsthumbdd1 Francisco_de_Zurbar%C3%A1n_019.jpg800px-Francisco_de_Zurbar%C3%A1n_019.jpg |
Imagen recogida de: httpsupload.wikimedia.orgwikipediacommons00dZurbar%C3%A1n_-_Delenda%2C_145.png |
Imagen recogida de: httpsplandviajero.comwp-contentuploads202204sacristia-1024x681.webp |
Imagen recogida de: httpss1.elespanol.com20211006actualidad617450670_210939532_1706x2433.jpg |
Junto a la capilla de San Jerónimo, encontramos la capilla de San José hoy dedicada a Capilla Relicario o Capilla del Tesoro.
Imagen recogida de:httpsblogger.googleusercontent.comimgbR29vZ2xlAVvXsEieTA0qt4I-0Wdpj8P-igFZkr-NWlEDv8tgHsHQ5tl8G50liV1VRmXDSXjrM4hjccWQvPbP |
Son 34 relicarios en forma de brazos y 17 en forma de busto. También hay que destacar la arqueta de los esmaltes obra gótica de repujado metálico del siglo XV obra de fray Juan de Segovia. La arqueta de los esmaltes es una bella obra realizada en el siglo XV por fray Juan de Segovia, y que está realizada con los restos del primitivo trono de la Virgen que el último prior secular tuvo que desguazar para financiar las campañas militares del rey Juan I de Castilla, enterrado en la Capilla de los Reyes Nuevos de la CATEDRAL DE TOLEDO (enlace a nuestra publicación). La arqueta presenta en su cara frontal doce escenas de la vida de Cristo, seis son de plata dorada trabajados con el sistema del repujado y otros seis con esmaltes miniados.
Imagen recogida de: httpsencrypted-tbn0.gstatic.comimagesq=tbnANd9GcQUaILkfY1Q6wmMuEnQdRnwsxfZ8z_4Wjk7NEvwGevNsQ&s |
Un Lignum Crucis gótico realizado en plata sobredorada donado por el rey Enrique IV.
A destacar diversas coronas de la Virgen, entre ellas la que portaba en el momento de su coronación canónica en 1928 y realizada por Félix Granda, se trata de una obra de filigrana con perlas y piedras preciosas de alto valor.
Imagen recogida de: httpsblogger.googleusercontent.comimgbR29vZ2xlAVvXsEgTgxuIdg7D4_gKm8KXkm_htj4TPjlkbJHXEvHjcZkC0CHhXpVbTkzvwqzy_Bg6bNvkFdQgn |
Imagen recogida de: httpsblogger.googleusercontent.comimgbR29vZ2xlAVvXsEgYteJTuVAhwm71fUwpkuZu-oQL5FTRwJKlXuMg2rkIa-hr3t9JKGtN9to_8aq1_Ok4HoECtv9JMvZ1nVIvn8wq3C34o4dO-wWwLQwtMZKw9L |
Imagen recogida de: httpsdadun.unav.edubitstream1017166647143869- Texto%20del%20art%C3%ADculo-136918-1-10-20230503.pdf |
En los huecos de los cuatro pilares encontramos ocho esculturas (dos por pilar) de las conocidas como "Ocho mujeres fuertes" citadas en el Antiguo Testamento: María la profetisa, Débora, Jael, Sara, Ruth, Abigail, Esther y Judit, esculturas atribuidas al imaginero Pedro Duque Cornejo en 1736.
Imágenes recogidas de httpsimage.slidesharecdn.comrealmonasteriodesantamaradeguadalupe-150116073733-conversion-gate0175Real-Monasterio-de-Santa-M |
En el lienzo de los desposorios el propio Lucas
Jordán se autorretrato en la escena.
Imágenes recogidas
de httpsimage.slidesharecdn.comrealmonasteriodesantamaradeguadalupe-150116073733-conversion-gate0175Real-Monasterio-de-Santa-M |
Imágenes recogidas
de Capilla-de-los-Relicarios |
En la actualidad la imagen se encuentra vestida con una gran capa triangular ricamente decorada dejando sólo visible la cara de la Virgen.
La talla original policroma viste túnica de color verde azulado, se cubre con un manto y la cabeza con un velo de color blanco. El vestido se adorna con cuatro flores tretralobuladas, dos en el pecho, otra debajo de la mano derecha y la última en la parte inferior del vestido.Imagen recogida de: httpschdetrujillo.comdos-virgenes-singulares-de-montehermoso |
MONJES DEL MONASTERIO DE
GUADALUPE.
El lugar fundacional de la antigua
ermita construida en el momento de la aparición de la Virgen, es donde está el
oratorio de Santa Paula construido en el siglo XIV. Se sitúa junto a la
cabecera de la iglesia. En el retablo que preside la capilla encontramos la
imagen de la Santa de Giraldo de Merlo.
Junto a esta,el Altar de Santa Catalina
levantada en el siglo XV. De planta cuadrada, se cubre con bóveda
nervada, cúpula y linterna. Preside la capilla dos retablos con las imágenes de
las Santas, Catalina virgen y mártir
Santa Paula viuda (rama femenina de los jerónimos)
Imagen recogida de: httpsguadalupedestino.orgarquitectura |
Imagen recogida de: Capilla-San-Gregoriohttpsguadalupedestino.orgarquitectura |
Edificada en estilo gótico en el siglo XV, en ella encontramos el sepulcro de don Juan Serrano, último prior secular que después sería elegido obispo de Sigüenza.
La entrada al monasterio se realiza por la antigua portería o mayordomía, después de pasar por un amplio atrio descubierto y elevado sobre la plaza cerrado en sus extremos por una balaustrada y precedido por una ancha escalinata de doble tiro.
Este edificio del siglo XV se compone de la portería propiamente dicha,
un pequeño claustro y la antigua sala capitular.
Esta se decora con pinturas murales al fresco en bóvedas y muros de estilo gótico-mudéjar. La Mayordomía era el lugar donde se atendía a los pobres y necesitados.
El claustro mudéjar o de los Milagros, de finales del s. XIV, en
torno al cual se encuentran los dormitorios de los monjes, el refectorio, las
bodegas y las distintas dependencias monacales.
De planta cuadrada irregular fue construido
entre 1389 y 1405 durante el priorato del padre Yáñez (1389-1412). Formado por
dos pisos cuenta con arcos túmidos (arcos de herradura apuntados) que
apoyan en pilares de base cuadrada. Una balaustrada cierra el paso al patio
central. No hay decoración de ningún tipo ni en capiteles ni en los arcos. Los
arcos del piso superior son más pequeños que los del piso inferior.
La planta baja contenía aquellas estancias necesarias
para la comunidad de los jerónimos. Una de las más importantes era el
refectorio (hoy museo de bordados), donde comían los monjes en
estricto silencio solo interrumpido por un lector desde su púlpito.
También se encontraban aquí la
ropería (actual museo de pintura y escultura), donde se guardaban los
utensilios textiles precisos para los quehaceres de cada día, y la sala
capitular, que hasta 1475 ocupaba la capilla de San Martín. En esta última
era donde se decidía sobre los asuntos que concernían a la organización del
monasterio de Guadalupe.
Además, uno de los lados del claustro
albergaba otras cuatro capillas
destinadas a la oración privada de los monjes. Y es que, con una
comunidad que superaba las 100 personas, a mediados del siglo XV, todo espacio
sagrado resultaba insuficiente a la hora de cumplir con la obligación de ofrecer misas diarias a
la que estaban sujetos los jerónimos, a
través de las cuatro estaciones colocadas en las esquinas del claustro mudéjar concibiendo
referencias al Vía Crucis.
Capillas como la de La Crucifixión, cuya
presencia se conoce por los restos conservados en el ángulo sudoeste, al lado
de la Capilla de San Martín, de la que solo queda la imagen de María Magdalena.
Además, El Descendimiento de Cristo, junto al refectorio, con la Virgen, Juan y
una de las Santas Mujeres. En el otro extremo del noreste, El Santo Entierro,
de los que se conservan los bultos de medio cuerpo de María, San Juan y la Magdalena.
Por último, La Resurrección sobre el sepulcro del Padre Illescas.
En la izquierda de la entrada se halla una portada de estilo plateresco que se abre a la escalera que comunica con la segunda planta, obra de Alonso de Covarrubias.
En la planta superior, alejados de las zonas accesibles a los fieles, se encontraban los dormitorios. Estos se dividían entre habitaciones comunes para los novicios y celdas privadas para el resto de los monjes.
El prior del monasterio, como no podía ser de otra manera,
contaba con su propia residencia privada que no solo servía como lugar de
habitación, sino también de espacio de representación de cara al público.
En el ángulo sureste, del claustro destaca el sepulcro de fray Gonzalo de Illescas obra de Anequin Egas realizado entre 1458 y 1460 según trazas fray Juan de Segovia. Fray Gonzalo de Illescas fue prior del monasterio y obispo de Córdoba, perecido en 1460.
Sufrago importantes campañas constructivas en el
monasterio, en las cuales mandó colocar grandes escudos con sus armas, y al
final de sus días mandó construir una capilla funeraria para que le recodaran
en el futuro.
Pero había
un problema. A los monjes jerónimos no les estaba permitido enterrarse en las
iglesias de sus monasterios, que estaban reservadas a los nobles y reyes.
Sin embargo,
el ilustrísimo Gonzalo de Illescas, consiguió esquivar esta
prohibición. El prelado mandó construir su capilla en el claustro, pero
junto a la entrada del templo, labrando una suntuosa portada en el lado de la
iglesia de Guadalupe que, con sus puertas abiertas, asimilaba su capilla a una
más de las construidas en el interior.
Con esta
ubicación, además, el obispo conseguía que su mausoleo se construyese en
el lugar principal de paso de las procesiones que iban del claustro a
la iglesia.
Finalmente,
junto a la capilla de Gonzalo de Illescas se encuentra uno de los lugares más
antiguos del recinto claustral. Anterior a la llegada de los jerónimos, la hoy
conocida como capilla de Santa Cecilia que fue en su día, la base de
un torreón de la antigua fortaleza del santuario.
Así lo confirman, de hecho, dos estrechas ventanas recientemente
descubiertas, decoradas con pinturas medievales y que, en origen, darían
al exterior.
En el siglo
XVIII le fue añadido un retablo barroco,
cuya titular es precisamente la patrona de los músicos.
Por último, sobre
el sepulcro del Padre Illescas, se encuentra la última de las cuatro estaciones
del Vía Crucis, colocadas en las esquinas del claustro mudéjar, el paso de
“La Resurrección”.
En definitiva, adentrarse en el
claustro del monasterio de Guadalupe es transitar por la memoria de sus
antiguos habitantes. Desde los peregrinos y visitantes, que quedaban
maravillados por sus formas y sus obras de arte, hasta los monjes, que
encontraron en el jardín un necesario lugar de meditación y esparcimiento
frente a la vida de la clausura.
Destaca un templete de planta cuadrada al exterior y hexagonal en
el interior. De estilo mudéjar levantado en ladrillo y yeso en 1405 por fray
Juan de Sevilla y que se sitúa en el centro del claustro.
Un gran arco apuntado en cada una de sus caras inscribe a su vez dos vanos con arcos apuntados separados por una columnilla o parteluz de alabastro.
Por encima del templete un remate en forma
piramidal de tres pisos realizado por moriscos en ladrillo visto y azulejos. Su
aspecto es de torre rematada por paños de sebka (decoración romboidal) se encuentra rematado en su cima por
un yamur (terminación en forma de varias esferas).
En el interior de este templete existía una fuente en cuya base decía: Fray Juan de Sevilla 1405.Cerca de una de las esquinas del claustro de Guadalupe se guarda una pequeña joya que suele pasar inadvertida.
Se trata de uno de los relojes de sol horizontales más
antiguos de España. Datado en 1577, se cree que pudo ser un regalo de Felipe
II, gran aficionado a los mecanismos cronográficos.
Además, y de forma excepcional, aún conserva su gnomon original (pieza de latón que sirve para
marcar con su sombra las horas).
Este reloj serviría más como una
curiosidad que como mecanismo efectivo para medir las horas pues, seguramente,
el monasterio contaba con otros relojes más precisos. De hecho, al parecer, el reloj del claustro del monasterio de
Guadalupe fue diseñado para una latitud más al norte (40º) que la que presenta
la localidad de Guadalupe (39º).
En el ángulo noroeste frente a la puerta del refectorio, adosado a la arquería la conocida como Glorieta o Lavatorio.
Se trata del lavatorio cubierto por un templete cuadrado y cubierta con bóveda de crucería mientras que el solado es de alicatado mudéjar.
Es una obra realizada por moriscos toledanos en ladrillo lucido con yeso. Un templete, de planta cuadrada y construido a la par del claustro, está pavimentado con fino trabajo de alicatado, en cuyo centro, un canal circular recoge el agua que gotea de la pila de bronce sustentada por una columna de mármol.
El gran vuelo de la taza permitía alcanzarla con las manos para lavárselas. La inscripción de la taza nos dice que su artífice fue Juan Francés, quien la fundió en 1402, bajo el priorato de fray Fernán Yáñez. El hecho de encontrarse frente al refectorio hace suponer que estuvo al servicio de la comunidad, sin embargo no fue este su propósito, más bien, parece que su función era la de impresionar a visitantes anónimos e ilustres.
La pila circular de bronce vierte las aguas a una taza también circular a la altura del suelo. Esta pila es un duplicado de la original que hoy cumple funciones de pila bautismal en el interior de la Capilla de Santa Ana.
Sabemos por las crónicas, que sobre ella originalmente se dispuso una de las dos ciervas califales que aparecieron en el siglo XV en las inmediaciones de la ciudad cordobesa de MEDINA AZAHARA (Enlace a nuestra publicación). Desaparecida a principios del siglo XIX del Monasterio de Guadalupe, reapareció en una casa de subastas en 1997 despertando gran revuelo, no en vano se trataba de una de las escasísimas figuras de su tipo conservadas en la actualidad. Finalmente, fue adquirida por el Museo Nacional de Qatar en Doha, donde puede contemplarse hoy día.
Se consideraba uno de los claustros
catedralicios más importantes del medievo hispano.
Muy probablemente, cientos de monjes serían enterrados en sus diferentes galerías, conformando un gran cementerio monástico. Pero solo una de ellas fue reservada para los jerónimos más ilustres, es decir, los priores del monasterio de Guadalupe. De hecho, aún hoy pueden verse sus humildes tumbas labradas en pizarra y colocadas una tras otra sobre el suelo.
En uno de los ángulos del claustro mudéjar se
conserva una lápida sepulcral, perteneciente a Velázquez Dávila Debajo de un
grandioso escudo nobiliario se lee así: “Aquí yace Juan Velázquez Dávila Señor
de las villas Loriana y Don Llorente, el cual dejando su casa a Don Diego de
Messía de Ovando su hijo se recogió en ésta de Nuestra Señora el 1565: donde
perseverando en su santo propósito falleció a 5 de diciembre de 1572 años y 71
de su edad”. Es este gran caballero el amigo y protector de Maridíaz, de Santa
Teresa, de San Pedro de Alcántara..., que murió a la dulce sombra de la
Morenita de las Villuercas, Nuestra Señora de Guadalupe, que, desde aquel
santuario entonces famosísimo, era la verdadera reina de la Hispanidad.
Altera esta serie el lienzo moderno que representa la visita al monasterio de Juan Pablo II, el 4 de noviembre de 1.982, obra de Juan Manuel Núñez.
Una portada plateresca de doble vano formada por arcos peraltados permite uno de ellos el acceso a la portería o mayordomía y el otro, por una artística escalera del siglo XVI permite la subida al coro del templo.
En la parte baja del claustro mudéjar destacan tres habitáculos que actualmente funcionan como museos, cubiertas con alfarje de fines del XIV.
Museo de Bordados Ubicado en la galería oeste del claustro
mudéjar, el Museo de Bordados se encuentra en el antiguo refectorio del
monasterio del siglo XV. En esta sala se expone una colección de prendas
litúrgicas confeccionadas en el taller de bordado del monasterio entre los
siglos XV y XIX. En los archivos del monasterio se menciona a fray Gonzalo, un
monje fallecido en 1425, como el primer bordador registrado.
Entre las piezas más destacadas se
encuentran:
- Frontal rico bordado por fray Diego de
Toledo en el siglo XV.
- Frontal de Enrique IV con escenas
marianas perteneciente a la escuela hispano-flamenca.
- Frontal de San Jerónimo realizado por
fray Francisco de Sigüenza en el siglo XVII.
- Frontal de la Pasión de fray Diego de
Toledo.
- Casulla de los Reyes Católicos.
- Casulla del Condestable del siglo XV.
- Terno conocido como Tanto Monta, en alusión a los Reyes Católicos.
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Museo de Libros y Cantorales Miniados Instalado en una de las salas de la galería norte del claustro mudéjar, este museo ocupa lo que originalmente fue la capilla de San Martín y, en el siglo XV, la Sala Capitular. La colección consta de 107 ejemplares realizados en piel en los talleres de escribanía (scriptorium) del propio monasterio, abarcando un periodo desde el siglo XIV hasta el XIX.
La colección incluye 86 libros de
cantorales, entre ellos:
- Dos Pasionarios del siglo XV iluminados
sobre vitelas.
- Libro de las Horas del Prior iluminado en
el siglo XVI.
- Varios colectarios y diurnales.
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- La Coronación de Nuestra Señora de El
Greco.
- San Pedro y San Andrés, también de El Greco,
procedentes de Talavera la Vieja.
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- Ocho pequeños lienzos de Zurbarán.
- Una tabla pintada por Juan de Flandes en
1498 titulada el Bautismo de Cristo.
- Un lienzo del Nacimiento de Cristo del
pintor Diego Correa de Vivar (conocido como Juan Correa) en estilo
renacentista.
- Una tabla de Francisco de Goya de 1812 titulada Confesión en la cárcel.
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- El grupo escultórico del Calvario, obra
del siglo XV de Egas Cueman, adscrito a la escuela flamenca.
- Cristo crucificado en marfil atribuido a Miguel Ángel
Imagen recogida de: httpsupload.wikimedia.orgwikipediacommonsthumb885Cristo_crucificado_de_la_expiraci%C3%B3n_%28Monasterio_de_Guadalupe%29.jpg450px-Cristo_crucificado_de_la_expira
Virgen sedente en alabastro de Egas Cueman.
- Virgen filipina en marfil del siglo XVII.
Cruzando por la recepción de la Hospedería,llegamos al claustro gótico también conocido como Claustro de la botica.
En nuestro caso por mi movilidad reducida tuvimos que acceder al monasterio por la calle Su Majestad Juan Carlos I, ruta habilitada para personas en sillas de ruedas.
Levantado entre 1519 y 1533 durante el priorato de fray Juan de
Siruela, que documentó el “Libro y registro de la bodega del Monasterio de
Guadalupe.” Esta obra manuscrita se
considera el primer tratado vitivinícola escrito en España datado en 1520, El
tratado de Fray Juan Luis de Siruela, dos veces prior del Monasterio, está
escrito en tela y conservado en la Biblioteca Nacional, y desarrolla en 40
capítulos y con distinguida exactitud la producción, conservación y
administración de los vinos. Por entonces, se extendió entre la localidad
entera el refrán "mejor que conde o duque, es ser fraile en
Guadalupe".
Proyectado por Egas Cueman y Alonso de Covarrubias. Tiene planta rectangular con y está formado por tres pisos, cada uno de ellos de un orden de arcos; destaca la arquería del primer piso formado por arcos con decoración calada y antepechos de piedra. La arquería se desarrolla en tres de sus lados ya que el cuarto está ocupado por un muro de construcción moderna ya que aunque en el proyecto original el cuarto lado era la enfermería de 1502 que estaba integrada en el claustro.
En el centro del atrio un pequeño pozo obra de Juan Torrollo, bajo el un aljibe, procedente del canal de arca del agua de Guadalupe acueducto en funcionamiento más antiguo de la península desde siglo XIV, un referente en la medicina y la cirugía europea.
El diseño del claustro es obra de Antón Egas, Alonso de Covarrubias y Juan Torrollo. La salas que lo circundan hoy Hospedería eran originalmente enfermería, farmacia y botica.
Aquí se realizó la primera autopsia del mundo occidental gracias al permiso del Papa Eugenio IV, lo que atrajo a importantes estudiosos de la medicina de toda Europa.
Fue, durante bastantes años, el único lugar donde se practicaba la cirugía.
Como dato curioso.Un joven Fleming, arribó hasta la villa extremeña para realizar sus prácticas como doctor, aquí tuvo el primer contacto con el penicilium notatum.
El Hospital de Hombres de Guadalupe se convirtió en un conocido laboratorio donde ya, en la Edad Media, se utilizaba el penicilium notatum para curar infecciones de algunas heridas.
En Guadalupe tomo contacto con su gran descubrimiento y por el que se
le otorgaría el Premio Nobel de Medicina, "la Penicilina".
En el primer piso hallamos arcos de medio punto sobre pilares poligonales,
en el intermedio se disponen arcos apuntados que cobijan otros dos de medio
punto sobre montados por una sencilla tracería, y en el superior tenemos
arquerías de arcos rebajados a modo de logia. A diferencia del claustro reglar,
éste se encuentra realizado en mampostería y sillarejo.
También conocido como Claustro de la Botica y Claustro
de la Enfermería. En el año 1519 se amplió y reformó la importante farmacia
del monasterio. Actualmente Hospedería
del Real Monasterio fue construida en el siglo XV por los Reyes
Católicos para su alojamiento. Hoy en día se ha convertido en un hotel de 2
estrellas del monasterio. Los acontecimientos de su historia y la atrocidad
de la francesada, llevaron a la destrucción la hospedería real
de Juan Guas (h 1486).
La hospedería abierta al público, ocupa parte del claustro gótico del monasterio y el antiguo Pabellón de la Enfermería Nueva. Dispone de torreones cilíndricos rematados por chapitel cubierto por bellas tejas policromas de cerámica vidriada. En el encontramos el actual comedor, obra del arquitecto Rafael Moneo.
En el interior del santuario se aprecia el
Maguen de David en la portada mudéjar de la antigua farmacia, situada en el ala
norte del claustro gótico, así como varias estrellas en la puerta principal de
acceso al templo.
En su época monacal la antigua hospedería junto con la farmacia y el hospital
(uno para hombres y otro para mujeres) cumplían papel de acogida. Los monjes
tenían la obligación de dar cobijo a todos aquellos peregrinos que camino de
los santos lugares cayesen enfermos y debían proporcionarles los medios
necesarios para proseguir su viaje. Si moría en el convento debían darle
cristiana sepultura.
Remata
el edificio unas bellas ventanas mudéjares.
Historia de Fe y Cultura manifestadas en su majestuosa biblioteca y librería y capillas musicales, en su Scriptorium o Escribanía de libros miniados o “iluminados”, en sus talleres de bordados, de orfebrería, en sus reales hospitales, farmacia y en todo sus obras artísticas.
En Extremadura hay una gran devoción
por la Virgen de Guadalupe. Muchas oraciones se rezan para pedir sus favores y
hay canciones que cantan en su honor los niños desde pequeños incluso las niñas
saltan a la comba cantando: “Virgen de Guadalupe dame la mano, para subir la
cuesta de Puerto llano” o “Morenita la quiero desde que supe, que morena es la
Virgen de Guadalupe.” Los cánticos se exportaron a Galicia. Todo el mundo
conoce lo de A Virxen de Guadalupe cando veu para Rianxo, o barquiño que a
trouxo era de pau de laranxo...
Antiguos Códices sitúan su origen en
el siglo XII. La imagen de la Virgen que allí se venera fue tallada en madera
de cedro del Líbano y su cara morena y la del niño se incluyen en el catálogo
de la Vírgenes Negras de la Europa Occidental.
INFORMACIÓN
RECOGIDA DE LOS SIGUIENTES ENLACES:
https://es.wikipedia.org/wiki/Real_Monasterio_de_Santa_Mar%C3%ADa_de_Guadalupe
https://monasterioguadalupe.com/arte-cultura/esculturas/
https://monasterioguadalupe.com/monasterio/historia-del-monasterio/
http://apostoladomariano.com/pdf/597.pdf
http://www.jdiezarnal.com/monasteriodeguadalupe.html
https://www.mapaymochila.es/2020/11/24/monasterio-de-guadalupe/
https://www.arteguias.com/monasterio/guadalupe.htm
https://visitarextremadura.blogspot.com/2014/06/monasterio-guadalupe.html
https://www.muyinteresante.com/historia/64398.html
https://oa.upm.es/10225/1/Monasterio_Guadalupe.pdf
VISITA OTROS SORPRENDENTES LUGARES
DE CACERES EN EL ENLACE.
Un precioso y gran reportaje. Lo conozco bien, queda lejos de donde vivo pero he estado bastantes veces. Gracias por el reportaje precioso de mí tierra. Besos.
ResponderEliminarTeresa, me satisface que te haya gustado, tiene un hechizo especial, por algo es Patrimonio de la Humanidad. Un saludo.
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