PLASENCIA, CÁCERES

 

En esta publicación os mostramos el pequeño paseo, accesible a personas con movilidad reducida, que hicimos por la bella Plasencia. Ciudad Noble, Leal y Benéfica fundada en el año 1186 por el rey Alfonso VIII de Castilla como la Jerusalen de su reino, y que la ennobleció e imprimió en su plateado escudo UT PLACEAT DEO ET HOMINIBUS (Para el placer de Dios y de los hombres), de ahí viene el nombre de Plasencia. Pero no fue por iniciativa propia, sino por deseo expreso de su esposa, Leonor de Plantagenet, hermana del Rey Ricardo Corazón de León, que quedó prendada del meandro del Río Jerte. Tanto es así que la reina pasaba largas temporadas en la ciudad y aquí dio a luz a la infanta Mafalda de Castilla.

Plasencia presenta la originalidad de ofrecer dos Catedrales solapadas arquitectónicamente y diferenciadas en el tiempo y en el estilo: la catedral antigua y la catedral nueva. La ANTIGUA O DE “SANTA MARÍA” de transición del románico al gótico, fue construida entre los siglos XIII y XIV con arquitectos como Juan Francés, destacando en la misma su sala capitular.

Tiene en su exterior una bella portada románica de arco de medio punto con hermosas arquivoltas y escena incompleta de la Anunciación de la virgen en la hornacina superior del frontispicio. 





LA NUEVA, dedicada a la Asunción a los Cielos de Nuestra Señora, fue proyectada a finales de siglo XV y dirigida por arquitectos como Juan de ÁlavaFrancisco de ColoniaCovarrubiasDiego de Siloé y Rodrigo Gil de Hontañón, pretendía en su origen sustituir a la catedral vieja pero por diversos problemas las obras se pararon en 1760. Tiene dos impresionantes fachadas renacentistas de estilo plateresco. La principal, obra de Juan de Álava, quien la terminó en 1558. Está dividida en cuatro cuerpos y cinco calles, que constituyen un auténtico retablo en piedra. Le faltan las estatuas, que nunca llegaron a esculpirse. Probablemente la obra fuera iniciada por Juan de Álava y terminada por Gil de Hontañón, quien realizó el cuerpo superior, las cresterías y las agujas. Y la del Enlosado, fechada entre 1538 y 1548, que es obra atribuible a Diego de Siloé. De esta catedral nueva destacan el coro de Rodrigo Alemán, uno de los más bellos de España, y el retablo mayor de Gregorio Fernández. Posee dos fachadas renacentistas de estilo plateresco, la principal es obra de Juan de Álava, que la terminó en 1558.

En la misma Plaza de la Catedral, observamos también unos cuantos edificios de interés, como el PALACIO EPISCOPAL, edificio fue construido inicialmente en el siglo XV, siendo obispo Gutierre Álvarez de Toledo, quien también había sido el promotor de la Catedral Nueva. En su evolución histórica, destacan las reformas renacentistas de los obispos del siglo XVI, Pedro Ponce de León y Gutierre de Vargas Carvajal, cuyo escudo destaca sobre la portada principal.



Junto a él, el HOSPITAL DE SANTA MARÍA fundado en el año 1.326 por el placentino Don Nuño Pérez de Monroy. Su fachada principal renacentista, muestra una imagen de la Virgen y sobre ella, una cruz floronada de la Orden de Santiago cantonada con cuatro veneras (conchas), por lo cual se le considera un hospital de peregrinos. A los lados de la hornacina de la Virgen sendos escudos del linaje de los Monroy.

Frente al edificio vemos el monumento al célebre Manuel García Matos, catedrático, musicólogo, investigador y folclorista local. Con dieciocho años fundó los Coros Extremeños y comenzó una ardua labor de recopilación literario-musical de canciones y se centró en el estudio de instrumentos y danzas. Primeramente realizó esta labor en Extremadura, para con el tiempo proseguirla por toda España, llegando a recoger más de 10000 documentos musicales.

Otro edificio destacado en los alrededores de las Catedrales es la CASA DEL DEAN, una casa-palacio que data del siglo XVII. Debe su nombre al hecho de que en ella vivieron algunos de los deanes de la cercana catedral y al arcediano de Trujillo, Alfonso Fernández de Medina que vivió en ella en el siglo XV. Es de sillería y su portada está adintelada con columnas toscanas. Destaca un gran balcón en ángulo neoclásico-corintio, coronado por el monumental escudo de Antonio Paniagua de Loaisa, uno de los apellidos más antiguos de la ciudad, que adquirieron gran importancia a partir de la empresa de Indias. La balaustrada y las rejas de dicho balcón son ejemplos de la rejería española de su época.

Unido a esta y aunque parecen un mismo edificio, en realidad son dos diferentes que se unieron a principios del siglo XX, vemos la CASA DEL DOCTOR O ARCEDIANO DE TRUJILLO, edificio coetáneo al anterior. 

El nombre se lo debería al arcediano de Trujillo, Alfonso Fernández de Medina que vivió en ella en el siglo XV. Se distribuye en tres alturas. La planta baja tendría originalmente pequeños respiraderos, convertidos en amplios ventanales en sucesivas rehabilitaciones, y una amplia puerta de acceso formada por un arco carpanel de grandes dovelas. La planta principal, donde se abre una sucesión de ventanas carpaneles, es el resultado de una moderna reconstrucción historicista, aunque originalmente estas ventanas sería originalmente un conjunto de huecos menos armónicos y más desiguales. La última planta tiene una galería o solana con seis arcos escarzanos.

Un poco más abajo, en la calle Blanca nº 8, nos topamos un azulejo conmemorativo recordando la estancia de Joaquín Sorolla en 1917, mientras pintaba el cuadro 'Extremadura, El mercado'.

En una ciudad tan monumental y con tanta belleza como Plasencia, los rasgos de LAS ANTIGUAS JUDERÍAS son aún visibles, aunque por desgracia muchos de ellos se hayan perdido. Un bello recuerdo de la convivencia de judíos y cristianos durante siglos, con la única excepción de los periodos entre 1412-1420 y 1480-1492, emociona al viajero cuando recorre sus calles, pues se han colocado unas placas en el suelo allí donde vivían familias judías, con los nombres de los antiguos moradores, permitiéndonos seguir las huellas del colectivo hebreo placentino: «Yuçe Alaçán, Abraham Almale, Yuçe Caçes, el hijo de Beroha que se llamaba Samuel».

Seguimos el paseo por la calle Trujillo, donde veremos la parte trasera del Palacio Carvajal Girón y la CASA DE MARMOL, casa que fue del senador De Silva y Monge.

No muy lejos se encuentra el CENTRO CULTURAL LAS CLARAS, antiguo convento fundado en 1475 por deseo testamentario de Sevilla López de Carvajal, primera mujer del Bachiller Alonso Ruíz de Camargo. Pero diversas dificultades testamentarias supusieron que se retrasara en el tiempo y fuera su marido el Bachiller Alonso Ruíz quien tomara los deseos de su mujer y los llevara a cabo. En 1484 la comunidad estaba constituida y su abadesa confirmada por el Papa Inocencio VIII. Su advocación original fue la Santa Ana y estuvo ocupado por religiosas de Santa Clara de la orden de San Francisco. Significativa es la puerta de acceso a la iglesia (oficina de turismo) por la calle de las Claras, con un arco de medio punto peraltado, arquivoltas y decoración exterior de arco conopial, enmarcado por un alfiz y en su interior la heráldica de los fundadores.

Frente a él, aparece el CONVENTO DE LA ENCARNACIÓN · DOMINICAS, que fuera la casa solariega del Arcediano de Medellín, Gabriel Pizarro (1573). El Santo Oficio de la Inquisición había estado interesado en instalar el tribunal en este lugar, pero los hermanos Pedro y Martín de la Mota (1579) compraron la casa para convertirla en cenobio de monjas de la Orden de Santo Domingo (1585). El Convento se extiende a ambas partes de la calle Encarnación, unidas por pasadizos volados que conforman un hermoso rincón, donde las monjas de clausura consiguen mantener su escueta comunidad con la venta de dulces artesanales que se venden mediante torno. Destacan los mantecados y los bombones artesanales.

Nos acercamos ahora a la Plaza Mayor, núcleo neurálgico de la ciudad, en los principios incluso funcionó como Plaza de Toros, como otras muchas plazas de poblaciones de España. 


En este sentido, aparece en las Cántigas de Alfonso X El Sabio el ‘Milagro del Toro de Plasencia’, en el que un escribano que salía de su casa en la plaza no se dió cuenta que se celebraba una corrida de toros y la Virgen intercedió para que no le ocurriera nada.

Foto de la Wikipedia

La PLAZA MAYOR, es una plaza porticada situada en el corazón del casco antiguo, presidida por el edificio del AYUNTAMIENTO, que data del siglo XVI y ha sido restaurado varias veces a lo largo de los años, es un estilo de transición del gótico al renacimiento, con el escudo de Carlos I de España en su esquina. 

Una de sus torres, conocida por todos como Piacenza, actúa como la torre del reloj. En ella, el abuelo de Mayorga, que hace sonar las campanas cada media hora.

En la plaza, todas las calles principales conectan el casco histórico con las diferentes murallas exteriores que dan acceso al centro. Además, es el lugar en el que cada martes del año se celebra el mercado franco que Alfonso VIII instauró en los fueros de la ciudad, y el núcleo de su vida social con conciertos, exposiciones, actuaciones, y sobre todo con el recorrido de sus establecimientos de hostelería donde se desarrolla el cañeo y el intercambio social.

La lluvia, que nos acompañó en casi todo nuestro paseo, sigue sin darnos tregua, pero no renunciamos a seguir conociendo esta bella ciudad, así que ahora salimos de la plaza por la calle San Ildefonso, que toma el nombre de uno de los conventos de monjas de referencia en la ciudad y una muestra del declive de la vida monástica en España. El CONVENTO DE SAN ILDEFONSO fue donado en testamento a principios del siglo XV por Miguel Sánchez Yanguas, arcediano de la catedral.

Comenzó como un 'beaterio' y en 1417 pasó a ser monasterio de franciscanas descalzas. El lugar alcanzaba su máximo auge con la protección de varios mecenas, entre ellos el noble local Cristóbal Villalba y su mujer Estefanía de Trejo, que se encuentra enterrado dentro con una hermosa escultura orante.

Foto de la página: https://plasenciaturismo.es/casa-carvajal

Nos dirigimos ahora a la Plaza de Ansano, para contemplar otro de los edificios señoriales de Plasencia. 

Es la CASA DE LOS CARVAJAL GIRÓN, también conocida como Palacio de Ansano. Fue levantada como una de las casas grandes del mayorazgo de la familia Carvajal. Comienza su construcción en el siglo XVI y estuvo habitado hasta bien entrado el siglo XX. Es un edificio que cuenta con elementos góticos y renacentistas. Destaca su fachada almohadillada a semejanza del renacimiento italiano, donde puede admirarse la portada en arco de medio punto, con grandes dovelas que llegan hasta el suelo, el escudo de Carvajal en grandes dimensiones, encuadrado en un alfiz, y un balcón de esquina en arco apuntado. Se construyó sobre el solar de la última sinagoga, a continuación del espacio que en su día ocupó la judería placentina, una vez fue desocupada de su ubicación original en el entorno del Palacio del Marquesado de Mirabel.

Tras unos pocos años abandonado, fue adquirido para ser uno de los principales hoteles de la ciudad, por lo que se puede acceder a su claustro a disfrutar de un café o un refrigerio. En el jardín, destaca la higuera cuya edad se calcula entre 300 y 400 años de antigüedad, es un claro ejemplo de los espacios verdes interiores que pueden encontrarse hoy en estas edificaciones de la Ciudad Monumental de Plasencia.

Foto de la página: https://plasenciaturismo.es/casa-carvajal

Proseguimos por la Calle Zapatería, a la que se abren pequeños recovecos.

Enseguida llegamos a la Plaza de San Nicolás, uno de los rincones más bellos de la ciudad, presidida por la iglesia del mismo nombre construida en el siglo XIII. La parroquia de SAN NICOLÁS DE BARI tiene elementos románicos muy importantes, como las dos portadas; el campanario y una preciosa pila bautismal románica en su interior. El Fuero de la ciudad fijaba la portada norte como lugar para resolver los pleitos y juicios entre judíos, árabes y cristianos.

Frente a ella se alza el PALACIO DEL MARQUESADO DE MIRABEL, edificio de carácter civil más importante de la ciudad, que fue el cuartel general y casa mater de la Casa de los Zúñiga. Fue construido en el siglo XV como edificio fortificado por el recién nombrado por los Reyes Católicos como Duques de Plasencia, Don Álvaro de Zúñiga que estaba casado en segundas nupcias con Doña Isabel de Pimentel, hija del conde de Mayorga. A esta familia se les deben numerosas obras cívicas y culturales siendo mecenas de Cervantes, Nebrija… En la parte posterior de la edificación se abre un balcón de estilo plateresco muy destacado, único en la ciudad.

Se encuentra anexado a la IGLESIA Y CONVENTO DE SAN VICENTE FERRER (actual PARADOR NACIONAL), mediante un jardín colgante, abierto a la plaza de San Nicolás y decorado con columnas y esculturas romanas procedentes de Cáparra y MÉRIDA (enlace a nuestra publicación). Cuenta la leyenda que Leonor de Pimentel, duquesa de Plasencia y de Béjar (1437 – 1486), donó parte de su Palacio a los Dominicos porque San Vicente Ferrer sanó a su hijo. Si bien, los testimonios posteriores dicen lo contrario.

La iglesia de grandes proporciones, es el segundo templo más grande tras la propia Catedral, lo que nos muestra la riqueza y poderío que tuvieron los dominicos en la ciudad. Además se encuentra sobre el terreno sacro de los judíos en la ciudad, ya que se encontraron restos de religión judía cuando se realizaron las obras de adecuación del Parador, fortaleciendo la tesis de que en ese espacio estaba la primera de las sinagogas de Plasencia. En su interior destaca su órgano, su retablo y sobre todo la exposición permanente de los pasos de la Semana Santa de Plasencia, siendo el templo de donde salen las mayoría de las procesiones de la ciudad y donde se guardan sus pasos monumentales. Su visita se puede realizar todo el año, salvo algunos días de noviembre y enero donde cierra para poder crear un monumental nacimiento de cerca de 200 metros cuadrados.

Construido en el siglo XV y reformado casi por completo en el siglo XVI, varios son los elementos arquitectónicos propios de este convento, hoy convertido en Parador, que lo dotan de una gran belleza y notable singularidad. 

Cabe destacar por su espectacularidad el claustro del convento de estilo isabelino, con restos de artesonado mudéjar, con esgrafiados y pinturas murales. 


Posee una escalera monumental, conocida como escalera al aire realizada por los maestros de canteria Juan de Ezquerra y Juan Álvarez en el siglo XVI. 

También es notable la sala capitular del convento, que se halla cubierta por una bóveda de crucería estrellada de ocho puntas. 

O el refectorio, cubierto de azulejos talaveranos, artesonado y con respaldos de banco corrido. Y la antigua bodega del convento, que fue construida en el siglo XV. 


Si eliges hospedarte en él, podrás sentirte como los frailes dominicos durmiendo en lo que fueron sus celdas.








Reanudamos nuestro recorrido por las calles de la ciudad, para acercarnos ahora a uno de los edificios señoriales más antiguos en la ciudad, pues data del siglo XIV. Es el PALACIO DE LOS MONROY, conocido también como la “Casa de Las Dos Torres”, ya que originariamente se trataba de dos edificios unidos en uno a través de su estructura horizontal, con dos torres cuadradas en sus extremos. Junto con el castillo de la villa homónima, era en su origen una de las dos sedes principales de la Casa de Monroy, poderosa familia noble placentina que llegó a acumular varios señoríos en diversos lugares de la actual provincia.

La parte más conocida del edificio es su fachada, reformada en el siglo XIX con vanos neogóticos; sin embargo, esta fachada conserva la portada original gótica con los altorrelieves de dos leones, que simbolizan que la casa no estaba sujeta a otra jurisdicción que la propia.

En sus estancias nació doña María Rodríguez de Monroy "la Brava", quien en 1465 vengó la muerte de sus hijos en SALAMANCA (donde vivía y donde se conserva su casa), persiguiendo a sus asesinos hasta Viseu y haciéndoles decapitar. En las décadas posteriores se albergaron en este palacio importantes personalidades de la época, como el rey Fernando el Católico, el cardenal Bernardino López de Carvajal y Sande y el santo franciscano Pedro de Alcántara. ​

Por último, abandonamos esta hermosa ciudad por una de las puertas que tiene la muralla que rodea todo el casco antiguo, la PUERTA DE TRUJILLO, conocida como Cañón de la Salud. Esta entrada a la ciudad monumental de Plasencia es bastante curiosa y muy reconocible por la bóveda que forman los arcos de medio punto.  La tradición local afirma que esta puerta existe desde la misma época de la fundación de la ciudad, pues se dice que en 1196 el rey Alfonso VIII de Castilla accedió a la localidad a través de este punto para expulsar a los almohades,​ por lo cual en el siglo XIII se instaló sobre esta puerta, mirando hacia intramuros, una hornacina dedicada a la Virgen María que conmemoraba la reconquista definitiva de la ciudad de aquel año.

¡Nos ha quedado tanto por ver y todo por visitar, que esperamos tener la oportunidad de volver muy pronto!

TODA LA INFORMACIÓN INCLUIDA EN ESTA PUBLICACIÓN, HA SIDO RECOGIDA EN LOS ENLACES COMPARTIDOS Y EN LOS SIGUIENTES:

https://es.wikipedia.org/wiki/Plasencia

https://lavozdeplasencia.blogspot.com/2018/10/edificios-jacobeos-hospital-de-santa.html

http://nuestramusica.unex.es/nuestra_musica/autores/matos.htm

https://es.wikipedia.org/wiki/Casa_del_De%C3%A1n_(Plasencia)

https://plasenciaturismo.es/que-ver/juderia

https://redjuderias.org/plasencia-2/

https://plasenciaturismo.es/informacion/oficina-de-turismo

https://plasenciaturismo.es/plaza-mayor

https://es.wikipedia.org/wiki/Convento_de_Santo_Domingo_(Plasencia)

https://plasenciaturismo.es/casa-palacio-monroy

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