LA MESOPOTAMIA EXTREMEÑA
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La BASÍLICA VISIGODA DE SANTA LUCÍA
DEL TRAMPAL es una de las estructuras más complejas que han llegado hasta
nuestros días. Parece una síntesis de los diferentes tipos de iglesias que se
experimentaron durante la época de transición y presenta algunas
características que más tarde influirían en el arte asturiano.
Situado en el municipio español de Alcuéscar, en la provincia de Cáceres y a escasos metros del manantial del Trampal del que toma su nombre, se conocía su existencia desde tiempos inmemoriales, hasta el punto de que a finales del siglo XIX se celebraban en ella algunos oficios religiosos y era aún, el destino de una romería.
Durante la Guerra de la Independencia Española (1808-1814), la Península Ibérica se convirtió en un campo de batalla clave en la lucha contra las tropas napoleónicas. En este contexto, el pueblo de Arroyomolinos fue estratégico en 1811. Los franceses establecieron un fuerte en el lugar del Trampal, aprovechando su posición para controlar rutas cruciales y como punto de apoyo logístico. Sin embargo, las fuerzas aliadas, bajo el mando del General Hill, llevaron a cabo un ataque sorpresa contra los franceses el 28 de octubre de 1811, en lo que se conoce como la Batalla de Arroyomolinos. La victoria aliada debilitó notablemente el control francés en la región y evidenció la resistencia española y el apoyo de aliados como los británicos.
No se ha reconocido su valor histórico y artístico hasta finales del siglo XX, sacada a la luz y estudiada en 1981 por el profesor D. Juan Rosco y su cónyuge Dª Luisa Téllez, cuando estaba ya en muy mal estado, aunque se conservaba en pie, en cierta forma, protegida por los matorrales que la atestaban.
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| Plano recogido de: httpapuntes.santanderlasalle.esarteprerromanicovisigodosanta_lucia_del_trampal_planta.jpg |
Se trata de un templo singular con características
arquitectónicas visigodas y posible influencia posterior mozárabe, que dictamina la arquitectura paleocristiana, su cabecera con tres capillas rectangulares
abiertas a un transepto, que se conoce como pastoforio, y se extendería a la arquitectura
visigoda y bizantina
La cámara o ábside situado en el
lateral izquierdo del edificio religioso, destinado a la preparación de
la liturgia del pan y vino para la Eucaristía, se conocía como “prótesis”.
Al lado contrario del presbiterio,
en el lado derecho del Altar Mayor, el “diaconicón”,
que servía como una especie de sacristía.
Tiene un seudocrucero y tres cabeceras separadas, a modo de planta de tridente, cada una con una ventana terminada en arco de herradura con celosías de mármol, hoy desaparecidas, totalmente abiertas hacia el brazo de crucero.
En la intersección se disponen seis arcos transversales de herradura.
Con sus doce columnas, en alusión a los doce pilares de la iglesia (los apóstoles), que descansaban en pilastras adosadas al muro, uno a cada lado de las entradas de las capillas, uniéndolo al transepto.
Unidas por salmeres, que las convierten en falsos pilares de apoyo, enjarjados en el muro. Se podrían quitar las columnas y el arco seguiría en pie.
El espacio se ilumina con tres cimborrios, o pequeños copulines, en la actualidad destituidos por cimbras de madera situados sobre la parte delantera de cada uno de los ábsides.
Destaca por ser la única edificación de época
visigoda que se conserva en pie en la mitad sur de la península ibérica.
Forma una estructura similar a la de SAN JUAN DE BAÑOS (enlaces a
nuestra publicación) en PALENCIA,
aunque en el caso de la iglesia del Trampal, el crucero sobresale no sólo de la
anchura de las naves, sino también de la de las cabeceras.
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| SAN JUAN DE BAÑOS |
Desde el crucero se accedía a la nave central por el coro más estrecho que dicha nave, además estaba comunicado con los aposentos
laterales del crucero, pero no con las naves laterales.
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| Vista del coro cercado con canceles modernos, tras ellos la mesa de altar del ábside central otorgándole un halo de misterio con la configuración espacial de la arquitectura y unos grandes cortinajes. |
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| Vista del coro cercado con canceles modernos, tras ellos la mesa de altar del ábside central ratificado con sus tenantes, una reproducción, otorgándole un halo de misterio con la configuración espacial de la arquitectura y unos grandes cortinajes |
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Vista desde el coro, de la nave
central. |
Tiene un cuerpo de tres naves muy estrechas, separadas por pilares que ya no existen. Pequeños hitos de granito exteriorizan que sobre ellos se situarían las columnas.
Un estrecho pasillo central que
comunica con el crucero, y las tres cabeceras.
Una vez dentro, podrás ver que el templo tiene dos partes bien diferenciadas. La nave del coro, el crucero y el tramo que va hasta las capillas absidales es la original visigoda con todas las particularidades de este estilo: arcos con un ligero perfil de herradura, construcción a base de grandes bloques de piedra perfectamente escuadrados.
La fecha de consagración de la
iglesia se sitúa en enfoscado del cimborrio central, inconcluso e incomprensible.
Las tres naves que dan acceso a esta zona original son de estilo gótico y datan del siglo XIV. Las cubiertas de todo el templo no son los originales. Según los historiadores, la parte visigoda debía estar cubierta con bóvedas de arista con fábrica de ladrillo, mientras que la cubierta medieval debía ser de artesonado de madera.
A sus lados quedan algunas columnas ornamentadas en su capitel, de estilo gótico, que evocan su pasado visigodo.
Junto a los muros exteriores pueden verse los restos de estancias que servían como almacenes y dependencias del templo.
Aunque más
actualmente sirviesen como la casa del aparcero, en el lado norte, con su hogar
central y respectivos dormitorios para la familia y sus hijos, una parte del
crucero se aprovechó para la cuadra.
Este tipo de bóveda sobre arcos fajones volvería a
aparecer en el arte asturiano, así como la división de una nave en varios
tramos con distinta cobertura, que es una de las principales características
de SAN MIGUEL
DE LILLO, (enlace a nuestro
blog) a la que también recuerda por lo complejo de la estructura de sus
tejados, por la existencia de una cabecera triple y por la sensación de
verticalidad del espacio interior, con la nave central mucho más ancha que las
laterales.
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| SAN MIGUEL DE LILLO |
Las puertas estaban en los costados, como solía suceder en las basílicas norteafricanas y quedan restos de habitaciones y pórticos laterales hoy desaparecidos. Es interesante observar que las puertas eran adinteladas y con arco de descarga en ladrillo como en las asturianas. Otro detalle curioso es que las puertas no tenían quicios ni soportes, por lo que estarían siempre abiertas hacia esos compartimentos laterales de función incierta.
Otro dato muy importante como antecedente de las
iglesias asturianas es que las habitaciones laterales, según su restaurador Luís Caballero Zoreda, estarían también cubiertas por bóvedas sobre
arquerías adosadas a los muros.
Su estructura es la más compleja que ha llegado hasta nosotros de la época visigoda, como si fuera una síntesis de todos los tipos de iglesia que fueron probando en la época de transición, e incluye algunas características especiales que se reflejarían posteriormente en el arte asturiano, como la planta basilical de tres naves, muy estrechas las laterales, separadas por pilares hoy desaparecidos, conserva arcos ojivales evidentemente posteriores, y estarían cubiertas por bóvedas, como en SAN PEDRO DE LA NAVE .(enlace a nuestro blog) en ZAMORA.
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| SAN PEDRO DE LA NAVE |
A su lado Oeste había un edificio con su misma
orientación y anchura. Otro edificio más pequeño se situaba junto a su
esquina Noroeste. Estos edificios debían formar parte de un conjunto monástico
del tipo del existente en Santa María de Melque.
En el entorno de la iglesia de Santa Lucía
existieron otras construcciones de la misma época, la más importante es la
iglesia de Santiago, hoy desaparecida, entre cuyas ruinas se han encontrado
mármoles similares a los que tuvo Santa Lucía y en las excavaciones han
aparecido también restos de otros edificios que la rodeaban.
En relación con Santa Lucía entendemos que tanto por sus características estructurales, como por su decoración escultórica, muy semejante a la de SAN JUAN DE BAÑOS (enlace a nuestro blog) y a la del último grupo de MÉRIDA (enlace a nuestra publicación), como por su situación, en una zona que no fue reconquistada hasta la segunda mitad del siglo XII, y teniendo en cuenta la prohibición de construir e incluso restaurar edificios cristianos en zona árabe, que fue siempre respetada, se debe desechar absolutamente la posibilidad de que fuera de época mozárabe.
Por otro lado, tampoco nos parece correcta la idea
de que este edificio fuera una iglesia arriana, ya que esa teoría se basa
principalmente en que tiene tres cabeceras. Es cierto que un elemento
distintivo de las iglesias arrianas es la presencia de tres ábsides. El
arrianismo, fue declarado una herejía en el Concilio de Nicea en el año 325,
negaba la divinidad de Cristo porque no aceptaba que fuera hijo de Dios. Por
tanto, no reconocía la unidad de la Santísima Trinidad, y por eso las iglesias
arrianas solían tener tres ábsides en lugar de uno.
La última vez que hubo una presencia significativa
de arrianos en esta zona fue en el año 589, mucho antes de la construcción de
este templo, por lo que esta idea se distingue utópica.
Como ejemplo, el reino suevo de Galicia abandonó el
arrianismo con el rey Carriarico, hacia 550-570, surgiendo templos en Galicia como
los de SANTA
EUFEMIA DE AMBIA, en Baños de
Molgas, Ourense, o SANTA
COMBA DE BANDE, también en
Ourense, y hasta la propia CATEDRAL
DE SANTIAGO DE COMPOSTELA, en
la actual CAPILLA
DE LA CORTICELA (enlaces a nuestras publicaciones).
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| SANTA EUFEMIA DE AMBIA |
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| SANTA COMBA DE BANDE |
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| CAPILLA DE LA CORTICELA |
En los últimos años ha sido estudiada y restaurada,
se han encontrado muchos restos anteriores a los de la romanización, de antes
que los bárbaros llegaran a la Península Ibérica, que ya entonces tendría un
carácter religioso y de culto; lápidas, inscripciones y epígrafes, todos ellos
dedicados a la deidad prerromana Ataecina, como
se puede reconocer en las inscripciones existentes en los numerosos sillares de
ese templo que fueron reutilizados en la construcción de Santa Lucía,
probablemente datados en el siglo VI a. C.
Ataecina, se refieren a la diosa prerromana Ataecina, asimilada a Proserpina, equivalente a su vez a la griega Perséfone. Su nombre completo en época romana sería: DEA DOMINA SANCTA TURIBRIGENSE ATAECINA (Diosa Señora Santa de Turóbriga Ataecina), una deidad prerromana adorada en la Península Ibérica pero más intensamente en la Bética y la Lusitania y vinculada con el renacimiento natural de la primavera, la salud y la fertilidad.
El animal simbólico de Ataecina es la cabra, y su árbol el ciprés, de marcado carácter funerario, no en vano la tradición de plantar cipreses en las necrópolis es de tradición latina pre-cristiana.
Un sillar descolocado en el exterior de la iglesia
recuerda al altar dedicado a esta divinidad, simbolizada por una cabra, cuyas
cuatro patas se marcan en la piedra.
Las inscripciones hacen también
referencia a la ciudad celtibérica de Turóbriga que en la
actualidad se localiza en término municipal de Aroche, en la provincia de Huelva, en la que por entonces
era la Baeturia Céltica, que no ha podido ser localizada
factiblemente hasta ahora y que la mayoría de los expertos parecen estar de
acuerdo.
En
base a todo lo anterior llegamos a la conclusión de que Santa Lucía del Trampal
no puede ser más que una iglesia monacal visigoda, de la segunda mitad del
siglo VII y construida en una única fase, como se ha demostrado en las campañas
arqueológicas efectuadas entre 1984 y 1990.
Por
la estructura de las naves y todos los compartimentos que tienen alrededor, de
los que posiblemente alguno sería un baptisterio exterior, pero por su cabecera
con un raro crucero y capillas separadas, como un nuevo intento de evolución de
las mismas, la podemos inscribir en el conjunto de iglesias que llamamos de
transición entre los tipos de iglesia paleocristiana, norteafricana y arriana
anteriores a la conversión de Recaredo y las conocidas cruciformes y el, por
desgracia, casi desconocido arte áulico toledano de finales del siglo VII.
Lo
más seguro es que en el lugar existió un santuario anterior, algunos especialistas
mantienen que éste fue uno de los centros de peregrinación vinculados a
Ataecina más importantes de toda la Península, que fue ampliado y mejorado
durante época romana y cristianizado con posterioridad.
A
la iglesia, desde tiempos inmemoriales, se la conoce en la comarca como ‘el
convento’, por lo que es muy posible que formara parte de algún cenobio
desaparecido con la invasión musulmana.
El
edificio que nos ocupa data del siglo VII aunque fue sometida a varias obras de
modificación a lo largo de los siglos (se cree que la última gran actuación en
el inmueble se produjo en el XIV) hasta que se produjo su restauración definitiva en 1994.
La
historia de Santa Lucía del Trampal se relaciona directamente con la
importancia de las diócesis de Mérida y Coria en los siglos posteriores a la
caída del Imperio. En torno a estas dos ciudades surgió una intensa actividad
monástica que tuvo como una de sus consecuencias la construcción de pequeños
templos y ermitas en los alrededores de la vieja Vía de la Plata.
Desde el 5 de octubre de 1983, la basílica está
declarada BIC, en la categoría de Monumento, y es Monumento
Histórico Artístico en 1993
Como sucedió con numerosos edificios eclesiásticos históricos, El Trampal pasó a manos privadas con la desamortización del siglo XIX y vivió décadas infames como cuarto de aperos y establo para ganado. En la década de los 80 del pasado siglo fue redescubierta por la academia, adquirida por el Estado y restaurada. También se construyó un acceso y un pequeño centro de interpretación que facilitan la comprensión del espacio. Con paneles informativos explicativos, para ayudar, en la interpretación del monumento.
Y una breve y bonita senda, acomodada a silla de ruedas, con carteles explicativos, que llega hasta la Basílica.
El centro es completamente accesible a personas con movilidad
reducida, con aparcamiento habilitado para ello.
Se sitúa en las Coordenadas GPS: 39º 9′ 9,96″N 6º 13′ 21,47″W.
Teléfono de Información Ayuntamiento
de Alcuéscar – 927 384 002 y 927 384 242 y Centro de Interpretación, a escasos metros de la Basílica –
927 185531.
Correo.Electronico:aedlalcuescar@empleaextremadura.com
Horario de Visitas: Martes
a Sábados: Mañana: de 10 a 14 h, Tarde de 15 de junio a 30 de septiembre:
de 17 a 20 h de 1 de octubre a 14 de junio: de 16 a 19 h. Domingos de 10 a
14 h. Lunes cerrado. Entrada
gratuita.
INFORMACIÓN RECOGIDA DE LOS SIGUIENTES ENLACES:
https://es.wikipedia.org/wiki/Bas%C3%ADlica_de_Santa_Luc%C3%ADa_del_Trampal
https://www.arteguias.com/iglesia/santaluciadeltrampal.htm
https://origenesdeeuropa.eu/patrimonio/espana/basilica-visigoda-de-santa-lucia-del-trampal/
https://www.youtube.com/watch?v=Ria_7vmOQFk
http://www.arquivoltas.com/31-caceres/01-alcuescar.htm
Yacimiento de
Turóbriga, Ermita de San Mamés, Aroche, Huelva
https://es.wikipedia.org/wiki/Aroche
https://es.wikipedia.org/wiki/Tur%C3%B3briga
https://www.canalextremadura.es/a-la-carta/el-lince-30/videos/el-lince-30-120321
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Gracias por tan lindo reportaje. Tengo que ir a verla, no la conozco y eso que me queda bastante cerca. Besos.
ResponderEliminarMerece mucho la pena Teresa, sin duda te va a sorprender. Un fuerte abrazo!
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