Construida
extramuros de la ciudad antigua, es una bella construcción levantada
originalmente en el siglo IV, sobre el túmulo funerario de Santa Eulalia y
en las inmediaciones del lugar donde, según la tradición, fue inmolada la niña
mártir. Templo famoso en la Cristiandad,
por el martirio de Eulalia, fue enseguida enriquecido por los obispos y
arzobispos de Mérida, pero en el que se dejaron sentir los embates
consiguientes a la invasión árabe y de aquellos ricos mármoles y pavimentos de
mosaicos, de los dorados artesonados que alababa el poeta Aurelio
Prudencio no queda nada.
El templo
actual se levantó en el siglo XIII, sobre la misma planta de la basílica
original y reaprovechando algunos materiales, tras la reconquista de Mérida
por Alfonso
IX.
La Basílica, aparte de su significado religioso, merece ser visitada y contemplada con detenimiento. Es la única construcción plenamente medieval que se encuentra en la capital extremeña. Destacan las capillas laterales al altar mayor y la puerta derecha de la fachada, de estilo románico, poco frecuente en Extremadura y en el que ya empiezan a notarse influencias del gótico. En el interior destaca el artesonado que cubre sus bóvedas, los capiteles y columnas, algunos de los cuales proceden del templo visigodo.
INFORMACIÓN RECOGIDA DEL SIGUIENTE ENLACE:
https://es.wikipedia.org/wiki/Bas%C3%ADlica_de_Santa_Eulalia_(M%C3%A9rida)
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