La ERMITA VIRGEN DEL ARA, ubicada no muy lejos de la población de Fuente del Arco, en un entorno natural único y privilegiado, rodeada de olivos y a los pies de Sierra Morena, ya casi en la frontera con Andalucía, es la única de España cuyo interior está totalmente decorado de antiguas pinturas, por ello es conocida como la CAPILLA SIXTINA DE EXTREMADURA.
En la zona se han encontrado restos romanos y esto, sumado a la cercanía con la ciudad romana de Regina Turdulorum, da a entender de la existencia de un lugar dedicado al culto religioso en etapas romanas e incluso prerromanas. Su propio nombre, “Ara”, que en latín significa “altar”, o “piedra del sacrificio”, parece insinuar que algún día fue una de aquellas aras romanas, lugares típicos del culto pagano en la antigua Roma. A pesar de ello, no se ha encontrado información acerca de la construcción hasta el siglo XIV, cuando el rey Alfonso XI la menciona en su libro de monterías, por lo que se cree que la ermita actual empezó a levantarse en este siglo, finalizando la construcción en torno al 1494, siendo en aquel entonces un templo más pequeño al que conocemos hoy en día. En el siglo XV se asienta en el lugar la Orden de Santiago acometiendo varias reformas al edificio y aumentando sus dimensiones.
Del conjunto del templo llama especialmente la atención la arquería
mudéjar que se encuentra en la fachada sur de la ermita y que está compuesta
por arcos peraltados que se apoyan sobre pilares poligonales, tras los que se
localiza una de las puertas de acceso a la ermita con un arco de herradura, en
el que es posible detectar los restos de las primitivas columnas de
arquitectura romana.
La entrada al templo, accesible a personas con movilidad reducida, se
realiza por un patio donde vemos una fuente, en la que los feligreses arrojan
monedas y piden sus deseos.
Al interior, el templo cuenta con una única nave formada por bóveda
de cañón. La capilla mayor se encuentra separada de esta por un arco toral,
en esta se encuentra el retablo mayor de origen barroco.
Lo más destacable del templo son sus impresionantes PINTURAS, que ocupan completamente las paredes de este santuario. Datan en su mayoría del siglo XVIII, época en la que se culminaron todas las reformas sobre la ermita y se alcanzó el aspecto actual, aunque también pueden observarse frescos de siglos anteriores y posteriores.
Las pinturas de la bóveda datan del 1736, fecha en la que también se colocó el retablo mayor, y las del camarín del 1803.
Las pinturas geométricas del zócalo, de finales del siglo XV, son las más
antiguas que alberga, y que se describen como “de un valor patrimonial incalculable”, dado que son un tipo de
pinturas geométricas únicas en la Península Ibérica, exceptuando algunas de las
que vemos en el PALACIO EPISCOPAL DE LLERENA, que diríanse hechas por la
misma mano.
Estas pinturas geométricas están realizadas al fresco, a diferencia del resto de las pinturas, que se hicieron al temple o al óleo, técnicas mucho más fáciles y de menos calidad que el fresco. De hecho, estas pinturas geométricas, siendo con diferencia las más antiguas, son las que mejor resisten el paso del tiempo. Estas, por sus tonalidades, posiblemente se pintaran con los minerales extraídos en las minas de la Jayona, ubicadas cerca de la ermita.
En ese mismo zólcalo, un continuo de rectángulos acoge alternamente, un tema floral y una estación de Vía Crucis.
Además, el bajo coro está decorado con pinturas del siglo XIX que
"nada tienen que ver con la religión". En ellas aparecen cuatro
bellas figuras femeninas acompañadas de diversos atributos, que vienen a
representar los cuatro puntos cardinales y los signos correspondientes del
Zodiaco.
A raíz de la restauración que se hizo de estas pinturas, se sabe que, al
menos, éstas son obra de seis pintores diferentes, que podrían pertenecer a la
escuela que tuvo Francisco de Zurbarán en la vecina localidad de Llerena (Badajoz),
aunque otras teorías defienden que sus autores pudieran haber pertenecido a una
escuela cordobesa.
Los maestros pintores recurrieron a compartimentar el espacio de la bóveda de la nave de la iglesia en grandes recuadros, insertos en una retícula formada por una fantasía grotesca a base de figuras femeninas aladas de raíz vegetal y carnosos roleos. De esta manera logran veinticuatro rectángulos que, junto con los dos cuartos de círculo del muro del coro alto, hacen posible el desarrollo de otras tantas escenas del libro del Génesis, lo que recuerda al Palacio Apostólico que también dispone de pinturas de este tipo.
Cada una de estas escenas se numeran, del 1 al 26, para formar determinados bloques, ya que no siguen linealmente el texto bíblico y se acompañan de la pertinente leyenda extraída del mismo texto. La historia de la creación, paraíso, destierro e hijos de Adán y Eva (Caín y Abel), se distribuye en doce escenas (nº 1-12).
La de Abraham desde su encuentro con Melquisedec hasta el sacrificio de su hijo, en otras cinco (nº 13-17).
La del Diluvio desde la Torre de Babel hasta el Sacrificio de Noé, en cinco (nº18-22).
Y las cuatro restantes se destinan a la historia de Isaac y Rebeca (nº
23-26).
En la Sacristía, alberga una valiosa tabla gótica, considerada como el
objeto más antiguo. Datada entre los
siglos XIII y XIV, o tal vez de los primeros años del s. XV, la tabla gótica
representa la leyenda entrañable de las sucesivas apariciones de la
Virgen a la princesa Erminda, y a su padre, el rey moro Jayón. Una leyenda que
la gente de toda esta comarca siempre tomó como cierta.
Además, cobijar una antigua imagen “de candelero”, de la Dama de la
Jayona, datada en el siglo XVIII, que desde hace siglos es objeto de
veneración en toda la baja Extremadura, y cuya fama y devoción trascienden el
tiempo y el espacio. Preside el
hermoso retablo, escoltada eternamente por las imágenes legendarias de Erminda
y Jayón, que adoptan idénticas posturas que en la antiquísima tabla gótica,
pues a semejanza de dicha tabla fueron esculpidas, y como complemento teatral
del retablo churrigueresco.
Este monumento, que fue declarado Bien de Interés Cultural en 2018,
recibe miles de visitas al año, habiéndose convertido en uno de los principales
atractivos turísticos de la región de Extremadura.
Con respecto a las celebraciones desarrolladas en el entorno de este
templo, los vecinos de Fuente del Arco dan el pistoletazo de salida a sus
fiestas patronales cada 7 de septiembre con una romería nocturna en los
alrededores de esta ermita. Tras una larga noche de verbena se celebra una
procesión en la que se traslada la talla de la virgen hasta el núcleo urbano de
la localidad.
En las dependencias anexas, hoy convertidas en un pequeño museo, destacan, entre otros, una rica colección de objetos.
Y unos interesantes
exvotos, que nos recuerdan los de la iglesia de SANTA MARGARIDA DE MONTEMAIOR (A Laracha) y los EXVOTOS
DEL SANTUARIO DE PASTORIZA (Arteixo), en nuestra querida Galicia, además de los vistos en el museo
de SAN
SEBASTIÁN DE LOS CABALLEROS (Toro).
Por último, de camino a la ermita pudimos contemplar un par de monumentos
curiosos, el primero, una estatua que los vecinos de Fuente del Arco dedicaron en
el año 1982, a los romeros de la ermita de la Virgen del Ara.
Y la segunda; la figura de un LOBO
NEGRO, monumento en recuerdo a D. Félix Rodríguez de la Fuente, que recorrió
en los años 50-60 estas sendas de Sierra Morena, estudiando al lobo español.
TODA LA INFORMACIÓN INCLUIDA EN ESTA PUBLICACIÓN, HA SIDO RECOGIDA EN LOS SIGUIENTES ENLACES:
https://virgendelara.es/interior-de-la-hermita
https://es.wikipedia.org/wiki/Ermita_de_Nuestra_Se%C3%B1ora_del_Ara
https://virgendelara.es/la-ermita-te-habla
https://fuentedelarco.org/ermita-virgen-del-ara/
https://www.publico.es/culturas/ermita-virgen-ara-capilla-sixtina-olivar-extremeno.html
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