Fundada por el maestre de la Orden de Santiago, García Fernández de Villagarcía entre 1385 y 1387, este templo se define principalmente por la combinación de estilos artísticos, mudéjar, gótico, renacimiento, barroco y rococó.
La fachada principal, que se abre a la Plaza Mayor, está formada por dos niveles, un primer nivel de estilo barroco, cuya traza se atribuye al arquitecto llerenense José de Hermosilla, autor entre otras obras del Paseo del Prado en Madrid.
Aquí se
localiza la portada de acceso; en el tímpano de entrada campea un escudo que
muestra una granada alusiva a la advocación del templo; sobre el frontón curvo
se localizan tres grandes escudos heráldicos, el Papal, el de España y el de
Llerena.
El segundo nivel es
de estilo mudéjar y está formado por dos cuerpos de galerías de arcos de medio
punto enmarcados por alfiz sobre pilares octogonales, que dota a esta fachada
de gran originalidad; este lugar era utilizado como lugar de asiento y palco,
durante siglos, para contemplar los actos públicos que se celebraban en la
Plaza.
La torre, elemento más
destacado del edificio y construcción emblemática de la ciudad, se localiza a
los pies del templo y está formada por cinco cuerpos con dos estructuras
diferentes. Los dos primeros pertenecen a la primitiva torre mudéjar del siglo
XIV y están realizados en cantería.
En el primero se
localiza la Puerta del Perdón, que muestra dos arquivoltas exteriores decoradas,
la primera con una serie de leones rampantes y una cruz flanqueada por dos castillos
en la clave, aludiendo a la provincia de San Marcos de León, la segunda con una
sencilla decoración vegetal.
En el segundo se
localiza una ventana geminada, ventana típica del estilo mudéjar; en el último
cuarto de siglo XVI se levantan los tres cuerpos restantes, de ladrillo, que
participan ya del estilo renacentista; la torre queda rematada por una
artística giralda.
La portada trasera de acceso al templo data de la restauración del siglo XVIII y aquí también campea el escudo que muestra una granada.
El interior del
templo contó originalmente con un bello artesonado de madera sustituido por
bóvedas de arista sencilla en la importante reforma que se le practica al
templo en el siglo XVIII; el proyecto de restauración es redactado por José de Hermosilla
y Sandoval, arquitecto llerenense afincado en Madrid.
En el interior, en la nave de la Epístola, destaca la capilla de la familia Zapata o de San Juan, de estilo gótico con elementos renacentistas; está delimitada del resto del templo por una verja de hierro gótica.
Es una fundación que realiza a finales
del siglo XV el que fuera Contador Mayor de Castilla, Hernando de León. Tras
expropiársele por parte del tribunal del Santo Oficio de la Inquisición, fue
subastada y adquirida en el año 1500 por el Licenciado
Zapata, Consejero de los Reyes Católicos,
quien se encargó de la dotación económica de la capilla, ornato de la misma y
fundación de la capellanía.
Son muy destacados la elegante sillería del coro
tallada en madera de borne y una importante colección de relicarios donado por
el papa Adriano VI.
Es en esta capilla donde se localiza la pintura “Cristo muerto en la cruz” de Francisco de Zurbarán, actualmente restaurada, y que formó parte del primitivo retablo de este templo. Además, debemos fijarnos en los zócalos de azulejos de cuenca del siglo XV.
Como curiosidad
destacar la existencia de una ingeniosa doble escalera de caracol,
construido sobre un mismo eje y que según por la puerta por la que se acceda
lleva a un lugar o a otro (campanario y cripta) y que se encuentra oculta en un
lateral de la cabecera de la propia capilla.
La Capilla del Prior o de San Jerónimo y su correspondiente capellanía y obra pía se funda en torno a 1570 por el Prior de la Provincia de León de la Orden de Santiago, Gonzalo de la Fuente. Es una construcción de modestas dimensiones situada a los pies de la nave de la Epístola, de puro y sobrio estilo renacentista, aunque con una interesante portada de la sacristía claramente enmarcable en el manierismo.
En su interior son muy destacados la imagen de San Jerónimo, titular de la capilla, situada en el ático del retablo obra de Juan Bautista Vázquez el Viejo y algunos elementos renacentistas del mismo maestro, situadas en los intercolumnios del mismo. También son muy destacados los zócalos de azulejos, obra de Cristóbal de Augusta que reproducen la Batalla de Clavijo.
El retablo mayor, es una obra contemporánea realizada a partir de 1936, debido al incendio que sufrió la iglesia; en el retablo hay que resaltar que las esculturas de S. Ignacio de Loyola y San Francisco Javier son barrocas y proceden del antiguo colegio jesuita, y posterior convento de la Merced.
Está presidido por el camarín de la Virgen de la
Granada, una construcción del siglo XVIII de estilo rococó anexa a la
cabecera del templo y que se abre al presbiterio para albergar la imagen de la
patrona del templo. Presenta planta octogonal con una girola exterior que
permite contemplar la imagen sin acceder a la estancia. Está profusamente
decorado con elementos en yeso de temática vegetal, animal y epigráfica. Tras
el incendio que se produjo en el templo en la guerra civil, en la que se perdió
la primitiva imagen de la Virgen, el espació perdió en gran medida su aspecto
original, ya que se destruyeron todas las pinturas sobre lienzos que enmarcaban
las yeserías anteriormente referidas, así como las aplicaciones en oro de
puertas y yesos.
Por último, la iglesia Mayor de Nuestra Señora de la Granada, custodia entre sus muros, buena parte de los ricos retablos que ornamentaron la mayor parte de las iglesias de los conventos construidos por las distintas órdenes religiosas asentadas en la ciudad, y que fueron desamortizadas en el siglo XIX. Es el caso de los retablos de Nuestro Padre Jesús, antiguo retablo mayor de la iglesia del convento de Santa Isabel, o el retablo del convento de Santo Domingo. Destaca de entre todos ellos este último que es obra del llerenense Luis Hernández, fechado en 1588, dedicado a la Virgen del Rosario, hermosa imagen de candelero que preside el retablo, rodeada por pinturas al óleo de San Jacinto, San Luis Beltrán, Santa Rosalía y otros santos y devociones dominicas.
Es también de destacar la magnífica imagen de
Nuestra Señora de los Dolores, impresionante obra en piedra del siglo XVII que
representa el tema de la piedad con el hijo muerto entre sus brazos, procedente
del convento de San Buenaventura.
Finalizamos la visita, mostrando alguna de
las fotos, que de este maravilloso templo, tuvimos a bien reproducir, pues
reflejan otra parte de su belleza.
TODA LA INFORMACIÓN INCLUIDA EN ESTA PUBLICACIÓN, HA SIDO RECOGIDA EN LOS
SIGUIENTES ENLACES:
https://turismo.llerena.org/listado/llerena/visita/iglesia-nuestra-senora-de-la-granada/
https://llerena.org/la-ciudad/patrimonio/arquitectura/
https://archivo.llerena.org/turismo/artemueble.php#
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Me parece preciosa, no la conocía, intentaré ir a verla. Besos.
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